Realizar una buena mezcla puede ser un trabajo frustrante, más aún cuando no sabemos por dónde empezar. Una mezcla bien realizada hará que nuestras grabaciones se potencien haciendo sonar nuestra canción con un correcto balance frecuencial y un plano adecuado de cada instrumento o elemento de la canción, en otras palabras nos dará un sonido más profesional.
Es una tarea que requiere de mucha práctica y algo de conocimiento sobre procesos de audio.
Si bien hay infinitas maneras de realizarlo, te voy a mostrar una forma que te servirá para no perderte en este proceso.
Es fundamental que antes de comenzar ordenemos nuestra sesión; darle un nombre que identifique correctamente cada pista y usar un código de colores que nos permita diferenciar los grupos de instrumentos de manera visual, nos ayudará a realizar un trabajo más ordenado, esto nos ahorrará mucho tiempo en el proceso.
Una buena forma de comenzar e identificar el sonido que requiere nuestra canción es realizando un balance de volumen y paneo de cada pista antes de aplicar cualquier proceso. Esto nos permitirá encontrar problemas y virtudes de la grabación.
Agrupar por grupos de instrumentos en canales auxiliares también permitirá realizar una mezcla más ordenada y aplicar ciertos procesos que mejoran el resultado cuando son utilizados en un conjunto de señales, más que cuando se aplican a cada una de ellas por separado.
Una vez que tenemos nuestra sesión ordenada con los volumen y paneos seteados, nos toca empezar a procesar.
Ecualización, compresión, reverbs, delays y otros procesos ayudarán a mejorar el sonido de nuestra canción.
¿Pero qué proceso aplicamos primero?
Una de las discusiones más repetidas del audio es si primero debo ecualizar y después comprimir o primero comprimir y luego ecualizar. Primero que nada hay que saber que no existe una única forma de hacerlo, y no siempre deberemos aplicar procesos porque sí, sino que lo haremos cuando identifiquemos que esto es necesario.
Ahora te voy a recomendar una forma de hacerlo que te puede servir para realizar tus primeras mezclas sin que te pierdas en el proceso.
- Primero vamos a aplicar ecualización sustractiva en cada canal, esta es la ecualización que se utiliza para cortar o atenuar ciertas bandas de frecuencias que pueden estar ensuciando o empastando la mezcla, frecuencias que no hacen al sonido del instrumento y quitan lugar a otros que deben sonar en ese rango de frecuencias.
- Luego aplicaremos compresión en cada pista, siempre teniendo cuidado de no sobrecomprimir, únicamente controlando algo la dinámica de nuestros instrumentos.
Una vez que lleguemos a esta instancia ya empezaremos a notar que nuestra mezcla suena mucho más clara y ordenada.
- Luego podemos empezar a resaltar, con otro ecualizador, las frecuencias que cada instrumento necesite, dando lo que se llama ecualización aditiva. En esta instancia el proceso será más artístico que el proceso de ecualización anterior.
Una vez realizado estos pasos, ya tendremos una mezcla bastante avanzada, esto nos permitirá comenzar a trabajar en los pequeños detalles donde tal vez veamos la necesidad de comprimir un poco más algún instrumento o retocar alguna ecualización.
- Y por último nos queda comenzar a darle la profundidad a nuestra mezcla, en este paso aplicaremos efectos de tiempo, principalmente reverbs y delays. Esto permitirá posicionar los elementos de la mezcla llevándolos hacia atrás o hacia adelante dependiendo de la ubicación que elijamos darle.
Si bien hay muchas forma de mezclar, como dije anteriormente estos pasos te pueden servir para realizar tus primeras mezclas sin perderte en el proceso y luego desarrollar tu propia técnica.